
Lo que ocurre a la mitad de la serie es que entra en escena un virus informático que afecta a los cyborgs, que hace que se pierdan el sentido común y los vuelve fanáticos. El problema del susodicho virus es que no saben como pasa de cyborg a cyborg, ya que no se transmite a través de la red ni de ninguna otra forma electrónica. Al final, resulta que el supuesto virus se transmitía e infectaba con la palabra. Los cyborgs infectados iban comiendo el tarro a otros cyborgs anulandoles el sentido común y les hacían enfermar con ideas enfermizas hasta que ya no eran dueños de si mismos sino de la idea que mandaba el virus y que volvían a propagar a otros cyborgs sanos.
Y de todo ese rollo, mi mente ha sacado la idea de la religión como virus psicológico. Si te paras a pensar un segundo, la religión tiene sobre las personas el mismo efecto que un virus. De hecho, se parecería al virus del sida, ya que lo que hace la religión es neutralizar las defensas que, en el caso de la mente, sería el sentido común. Una persona religiosa no reacciona ante la religión porque le ha machacado esos anticuerpos que le librarían del virus. Si mañana se demostrase que Dios no existe, ¿acaso creeríais que los católicos dejarían de creer en él? ¡No! ¡Porque ya no tienen la capacidad de juicio! ¡Ahora esa parte de su cerebro la controla la religión!

Y el otro aspecto que tiene de virus la religión es su reproducción y contagio. Toda la gente que está infectada por el virus de la religión tiende a su vez a infectar a otra gente, que es lo que se conoce como llevar la palabra de dios. De hecho, el principal objetivo de las religiones es infectar a cuanta más gente mejor.
Quizá hasta vosotros mismos estéis enfermos y no os daís cuenta. Meditadlo.
PD: Haciendo el primer post de "Un fantasma en la línea de mandatos" descubrí otro concepto muy interesante que creo que va a dar lugar a un tercer post.